lunes, 5 de julio de 2010

Rima I - María Torres Frías

-¡Genio alado que me inspiras,
ven, díctame una canción.
-¿Triste quieres?- Sí, tan triste
como un eterno dolor.
Algo profundo y sombrío
quiero que vibre en mi voz;
quiero concentos extraños,
gritos, gemidos, pasión...
-Eres joven, y en tu alma
de mujer destella el sol,
no has libado hasta las heces
en la copa del dolor.
Espera, mujer, espera,
la hora fatal no sonó;
si algún día hiel y sangre
destila tu corazón
y en la lobreguez de tu alma
no penetra ni un fulgor,
vendré entonces a cantarte...
-¡No genio alado, por Dios!
Ven entonces mansamente
y arráncame el corazón.
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