IV
Amor que chorreabas llamas y leche,
¿qué se ha hecho de aquel tiempo, cómo está ella
la constancia sagrada en el crisma de las promesas?
Ella parece una puta cuyas proezas
llenarán cien bidés de futuros fetos fríos;
y el tiempo ha crecido para peor, como los espantos
de un pólipo engordado de hora en hora y que pede.
¡Cobardes de nosotros por habernos así acobardado!
“¡Detente!”,
dice alguien desde dentro del seno. “Es la ley.
Se puede morir por tal o por cual, pero se vive para sí,
aunque se quisiera vivir para uno o para otra.
Luego, la hora severa, sombra de la mortal,
acaba ya de cubrir los tres cuartos de la esfera.
Es preciso, desde ahora, renegar del tirano
placer, y complacernos en los prudentes himeneos,
abandonando el recuerdo de unas horas arrastradas
y de alguna gente. Y he aquí la norma y la antorcha.
Esto estará bien”.
El amor: “Pero no sería hermoso”.
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Verlaine, Paul; Obra poética completa. Edición bilingüe. Tomo I y II, Ed. Río Nuevo, 1960.
domingo, 28 de junio de 2009
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